Género en auge en nuestras librerías, el 'thriller' histórico logra combinar el amor por el pasado y por la intriga haciendo las delicias de los lectores. Cuatro escritores nos cuentan las claves para maridar ambos mundos.
La novela histórica y la novela negra son los dos géneros literarios más cotizados en cuanto a lectores se refiere. Año tras año, libros de ambas temáticas copan las listas de más vendidos y hacen las delicias de miles de aficionados. ¿Pero qué pasa cuando ambos se funden en una única historia, en un thriller histórico?
En puridad, el fenómeno de ambientar un crimen o un misterio en cualquier época del pasado no es nuevo. Baste recordar uno de los grandes best sellers del siglo pasado, El nombre de la rosa -recientemente adaptado al cómic por Milo Manara- en el que Umberto Eco nos hacía seguir los pasos de Guillermo de Baskerville, su brillante monje investigador. O la celebrada trilogía de novelas de la recientemente fallecida Hilary Mantel ambientadas, a través de Thomas Cromwell, en la convulsa e intrigante corte de Enrique VIII.
Incluso dentro de nuestras fronteras hay maravillosos ejemplos de los últimos años, como Iacobus de Matilde Asensi, La cena secreta de Javier Sierra o la más reciente La ciudad, de Luis Zueco. Más allá de los precedentes, la realidad es que el thriller histórico vive un momento dulce a nivel global, como demuestran las recientes y exitosas novelas del sueco Niklas Natt och Dag y el alemán Oliver Pötzsch, o el salto a este tipo de obras de autores tan dispares como Andréi Kurkov, Elvira Roca Barea o Carmen Mola, que llegan a él desde el ensayo, la novela literaria o el noir más canónico.
Fuente: El mundo.es
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